Productos lácteos: contienen proteínas, grasas, lactosa (azúcar de la leche), así como vitaminas y minerales. Las grasas presentes en los productos lácteos pueden ser saturadas o insaturadas. El consumo total de grasas puede influir en el aumento del tejido adiposo presente en el organismo.
Café: la cafeína tiene un efecto deshidratante, lo que reduce el flujo sanguíneo y ralentiza el metabolismo. Si se consume en cantidades superiores a la norma diaria (más de 400 ml), el café provoca la formación de depósitos en la capa subcutánea de los muslos y el abdomen.
Productos elaborados con harina blanca: los alimentos que contienen harina blanca, como el pan blanco, los pasteles y la pasta, pueden tener un índice glucémico alto. Esto significa que elevan rápidamente el nivel de azúcar en sangre. Un nivel alto de azúcar en sangre puede estimular la secreción de insulina, lo que puede favorecer la aparición de la piel de naranja.
Productos que contienen grasas trans: las grasas trans no suelen ser muy saludables y se han relacionado con diversos problemas, entre ellos las enfermedades cardiovasculares. Aunque no existe una relación directa entre las grasas trans y la celulitis, su consumo puede contribuir al sobrepeso, lo que puede influir en la aparición de la celulitis.